A UN AÑO DE TU PARTIDA

A un año de tu partida he aprendido que siempre es el último día,
que con la distancia el amor no se olvida ni se termina,
que no se muere mientras se recuerda
y que la última página de tu vida siempre quedará abierta.
A un año espero que me alcance tu recuerdo una y mil veces hasta nuestro reencuentro,
y que estar frente a la persona que amas es cerrar los ojos y recordarla.
A un año de tu partida he aprendido que la muerte no es un enemigo
y que si me doy tiempo a mí, a ti no te lo quito.
He aprendido que no te fuiste y que no ver tu cuerpo no es un límite,
que si te busco siempre te encuentro en los rincones y sus escondites.
He aprendido que te amo cada día más y que así vives en mí una eternidad.
Envuelto en amor y radiante, aprendí de ti, guerrero triunfante.
Aprendí y he aprendido que puedo seguir aprendiendo,
que tu partida me derribó y me fortaleció al mismo tiempo.
A un año aprendí que escribirte es tenerte cerca y que recordarte es cortar cadenas
que separan este mundo del mundo
y que van siempre unidos, sin importar ningún muro.
Aprendí que las lágrimas pueden ser semillas mientras nuestras voluntad lo permita,
y que a veces el fuerte no es quien no llora,
sino el que llora lejos de las luces y miradas en impensadas horas.
A un año de tu partida aprendí que nuestra promesa es mi mayor tesoro,
la que me mantiene firme, tu recuerdo y mi promesa.
A un año de tu partida aún me pierdo y me encuentro a cada momento,
y que siempre estar de pie, es un intento tras otro intento.
Aprendí que mi felicidad te alimenta, y que esa felicidad es un desafío más que una meta.
Aprendí que no has muerto si te recuerdo, si te honrro y si no espero
que otro me salve, porque si yo quiero me elevo,
trasciendo el dolor,
aprovechando este tiempo,
que burlesco y generoso nos separa.
Y hoy acepto que tuvieras que partir al otro lado de ese sol
que tantas veces, tantos días nos acompañó.
A un año de tu partida aprendí que fuiste y eres mi mayor maestro
y que tus 4 años fueron muchos más que todos los nuestros.
A un año aprendí lo que se aprende en mil vidas,
y lo aprendí sólo de ti,
que eres mi sol, mi luna y mi energía.
Tu mamá te ama mi vida.