Pages

tu visita es la número:

tu visita es la número: Contador Gratis

miércoles, 23 de abril de 2014

Debe ser difícil




Hoy me he puesto a pensar en mi pareja, mi hermano, padres, primos, distintos grupos a los que de alguna manera pertenezco. Y pienso en lo difícil que debe ser estar cerca de nosotros que no tenemos algún hijo aquí porque este ha muerto.


Pienso en los días en que amanezco de buen ánimo y que de a poco mi voluntad va decayendo y la realidad me aplasta, días en que quiero cerrar las cortinas, acostarme sin que nadie me vea ni me escuche, pero que al mismo tiempo se necesita desesperadamente un abrazo o palabras de alguna amiga adivinadora. Tengo un par de esas amigas, que imagino tienen una bola de cristal o algo similar porque siempre adivinan cuando estoy mal.

Pienso en lo difícil que debe ser entenderme, entendernos. 

Pienso en mis cambios de humor y de ánimo. En los ataques de angustia y de pánico que he sufrido sin haberlos conocido por más de 25 años. En los días que no quiero hablar con nadie, no por no hablarles, sino por estar en silencio porque el corazón está gritando demasiado fuerte. O en los días en que respondo de maneras no adecuadas. En los días que respondo y sin querer hago daño. En esos días pesadísimos que coinciden con alguna celebración social a la que tengo que ir, que me duele el cuerpo de tanto dolor y que aún así hay que asistir sin que ojalá nadie note cómo te sientes. 

Pienso en lo difícil que debe ser entendernos. 

Pienso en los tantos días en que ruego porque no se escuche nada porque los ruidos más mínimos retumban en la cabeza. Cuando no quisiera sentir ningún olor porque provocan náuseas. No quisiera comer nada porque todos los sabores son agrios. Cuando me encantaría no ver ningún objeto, ninguna forma ni sombra o luz, porque todo molesta a la vista. Cuando el cuerpo pesa, duele como el primer día, quieres estar quieta, hasta el peso de las sábanas molesta, las arrugas en la ropa, el calor o el frío, las manos que pican, el brazo que se duerme, la pierna que está incómoda, la nariz que se tapa de tantas lágrimas y la dificultad al respirar. Son días en que este cuerpo sobra. Y pienso en lo difícil que debe ser estar cerca mío en estos días. Cerca de personas que pasamos por lo mismo. 

Debe ser muy difícil intentar entendernos. 

Pienso en lo difícil que debe ser para mi pareja, mi hermanito, mis padres o mis suegros verme a veces perdida en el espacio sin entender qué pasa. Miro a mi abuela y me alivia que al menos ella no parezca notarlo. Pienso en lo difícil que debe ser intentar comprender que no es que me pase algo, sino que es algo que todos los días está ahí, pero hay días que no tienes la fuerza para estar equilibrada, para disimularlo o para sobrellevarlo. 

Me duele pensar en lo difícil que debe ser hacer esfuerzos por comprender lo que nos pasa. 

Lo he dicho muchas veces en este blog, y lo diré mil veces más para abrir la mente respecto al tema. Cuando se muere un hijo no es un suceso en la vida. No es como cuando te casas, no es como cuando te caes, no como cuando estás de cumpleaños, no es como esa vez que te sentiste enfermo, no es como cuando se termina una relación como tantas otras, no es como cuando peleas con tu mejor amiga o con la persona que amas, no es como cuando estuviste tan triste por algo. No es un suceso. Cuando se muere un hijo no es la peor de las pesadillas. No es una pesadilla dentro de otra pesadilla y de otra y de otra y al fin despiertas sabiendo que fue sólo la peor de las pesadillas. Cuando se muere un hijo no es algo que sucedió una vez y listo, después vienen más sucesos. No es un suceso entre muchos más. Cuando se muere un hijo, tu vida entra en una realidad totalmente distinta a la anterior. El mundo, las personas, la vida y la muerte, tus creencias, tú misma, todo se evalúa y se reevalúa mil veces. Todo cambia de forma, nada se ve como antes. Nada tiene la importancia de antes, ahora hay cosas que importan más, otras menos y otras nada. Tu mundo cambia, tú misma cambias en tantas aspectos que ni siquiera se alcanzan a tener claros. Y sí, imagino lo difícil que debe ser mantenerse cerca de nosotros y tratar de entender uno solo de esos cambios. 

Debe ser muy difícil hacer el mínimo intento por comprender el cambio más mínimo que vivimos. 

Pienso en mis papás... en lo confundido que se debe sentir mi pareja mil veces al verme así, como hoy, ese hombre que tantas veces ha secado mis lágrimas... pienso en mi hermano, que además de su sufrimiento debe sufrir aun más imaginando el mío. Porque este es uno de esos sufrimientos que no aminora por compartirse. 

Nunca voy a saber si la vida del ser humano de tan simple me parece compleja o si de tan compleja me parece simple. Si el ser humano en sí es difícil de comprender... Si un ser humano con depresión es tan difícil de comprender... Ni siquiera pretendamos comprender a alguien cuyo hijo murió, no se va a lograr jamás si no se ha vivido. Y honestamente me parece sano dejar la pretensión de ser comprendidos por otros, en este caso creo que no es posible. Incluso los procesos de quienes perdieron hijos son todos procesos distintos entre sí. 

Seguramente es difícil cualquier esfuerzo por entendernos, porque no creo que sea posible. 

Aun así valoro los esfuerzos a pesar de lo difícil. Como pista sólo podría decir que lo que se agradece con todo el corazón en estos días es el silencio, el abrazo y las palabras cariñosas.

3 comentarios:

  1. Ro… te mando un abrazo de esos apretados…

    ResponderEliminar
  2. No se como llegue a ti y a tu blog pero debo decirte que es una de las cosas mas lindas que me a tocado encontrar,tu amor tu entereza como mujer como madre me dejan emocionada . me siento un completa extraña diciéndote esto pero yo comparto parte de tu dolo , yo también perdí un hijo un bebe que no alcance a conocer físicamente ya a pasado un año y 1 mes antes de esta perdida también perdí a mi padre y comprendo de alguna forma las palabras que tramites en cada frase en fin sin conocerte te mando mi energía mi cariño y sobre todo mi respeto . Constanza .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy volviendo a escribir en este blog, gracias por escribirme esa vez. Leerlo hoy, 8 años después, me hace sentir mejor en esta noche de melancolía. ¿cómo te sientes después de estos años?

      Eliminar